1 de octubre de 2013

Tema 9: La imagen como recurso visual en la sociedad contemporánea.

En las ciudades vemos a diario cientos de imágenes publicitarias. Podemos recordar u olvidar estos mensajes, pero solemos captarlos por breves momentos, incluso llegando a estimular nuestra imaginación a través del recuerdo. Estas imágenes deben renovarse continuamente para estar al día, sin embargo nunca nos hablan del presente, a veces nos hablan del pasado y siempre del futuro.

A menudo estamos acostumbrados a recibir estas imágenes por lo que no es algo que nos interese especialmente, aunque las personas pueden centrarse en imágenes concretas ya sea porque les interese esa información que transmite. Aprender a leer imágenes nos ayuda a aprender a disfrutarlas, a darles un sentido que merecen.

La publicidad es un agente activo de nuestra cultura. Utiliza signos basados en las señales naturales que después pasarán a ser parte del conjunto simbólico de la comunidad.

La publicidad se centra en un posible comprador, para ofrecerle una imagen de sí mismo que resulta fascinante gracias al producto o a la oportunidad que se está intentando vender. La publicidad se centra en las relaciones sociales, no en  los objetos, no promete el placer, sino la felicidad. No debemos confundir la publicidad con el placer de las cosas que nos ofrece.

Tienen más que estudiado el color o la forma son determinantes para que el comprador se decante por el producto.

Cualquier obra de arte “citada” por la publicidad sirve para dos fines: Es un signo de riqueza, forma parte del mobiliario que el mundo atribuye al rico; y sugiere también una sabiduría que es superior a cualquier vulgar interés material.

La publicidad es la cultura de la sociedad de consumo. El propósito de la publicidad es que el espectador no se sienta satisfecho con su modo de vida presente, la publicidad le insinúa que comprando lo que se le ofrece, su vida mejorará.

Toda publicidad actúa sobre la ansiedad. Todo tiene en cuenta el dinero, en hacer dinero para superar esa ansiedad. La ansiedad básica con la que juega la publicidad es el temor de que al no tener nada no eres nada.


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